17 agosto, 2007

Deporte y alcohol. Dos enemigos

Reproduzco la columna de Wenceslao Bettoni publicada hoy en El Diario de Paraná sobre Deporte y Alcohol.

Deportes: ANÁLISIS
Wenceslao Bettoni - Deporte vs. alcohol
Causa placer presenciar el esfuerzo de los jóvenes en su afán de superación y de alcanzar un grado atlético que no sólo se trasunte en beneficios deportivos sino también orgánicos.

“El deporte es salud”, reza el legendario dicho al que siempre se apeló para tentar a la juventud.Es que toda actividad deportiva te mantiene saludable, te ayuda a vivir en plenitud y te alimenta el espíritu con su costado lúdico.

Pero los tiempos han cambiado y ya no alcanza con repetir aquella vieja frase, que hasta suena ingenua, para movilizar a chicos rodeados de tentaciones que lo empujan a su autodestrucción.

¡Qué placer es ver a los atletas resoplando su último aliento para llegar a la meta dejando el alma en el intento! Pero cuánta tristeza causa también observar a esos mismos deportistas echar por tierra tanto esfuerzo en sólo un instante.Y así sucede continuamente con el elevado consumo de alcohol que está llegando a extremos peligrosos en la juventud.

“El deporte es salud”. Es cierto. Pero no basta con repetir este sano consejo. Es indispensable aunarse en el esfuerzo y edificar una cruzada general en contra del flagelo que significa esa descontrolada adicción.

De nada sirve la advertencia del entrenador sin el consecuente aporte de los padres, del docente o del amigo con un discurso común que condene esta mala costumbre instalada con tanta naturalidad que hasta ha conseguido aceptación social.“El deporte es salud”, jamás pasará de moda esa recomendación.

Pero es indispensable machacar y educar para que el deportista tenga conciencia de atleta más que de jugador.

Por caso, vale citar un ejemplo científico explicado en un reciente congreso médico-deportivo nacional:“Un moderado consumo de alcohol requiere dos días de recuperación para que el deportista retorne a su real potencial. Un exceso de ingesta demanda cuatro días, y una borrachera terminal una semana completa”.

Entonces, de qué vale tanta dedicación, tantas horas de entrenamiento en el campo o el gimnasio si lo vamos a dilapidar en un santiamén.Que quede claro. Practicar deportes es totalmente incompatible con el consumo de alcohol. Es el rival directo que nos hace perder tantos partidos en la cancha, y también en la vida.

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