17 julio, 2010

Meolans y su nueva familia


El ex campeón mundial estuvo junto a su mujer Vanesa esquiando en Las Leñas. Allí contó cómo está viviendo su retiro de la competición. Habla de su nuevo proyecto, el plan de casarse y la experiencia como padre primerizo de Martina. “Disfruto de estar con ella día a día”, asegura.

Por Verónica Camaño 
Desde Mendoza

Por separado, hacen estragos. Y juntos, subidos a sus tablas en Las Leñas, no derriten la nieve, pero sí pueden generar alguna que otra caída peligrosa, y dentro de los damnificados el rango de edad puede abarcar desde la adolescencia hasta terminar en la madurez. José Meolans pasó tres días disfrutando del esquí con su mujer Vanesa, la única que pudo conquistarlo, a él, el galán más codiciado del agua. De todas maneras no es la única mujer que le quita el sueño –literalmente– al ex campeón del mundo en natación. Hay otra rubia de ojos celestes en su vida. Se llama Martina, tiene apenas tres meses y ya se convirtió en la debilidad del nadador más famoso del país. El mismo que hace un año y medio dejó la competencia para buscar y encontrar su mayor anhelo: seguir ligado al deporte desde otro ángulo, encontrar el amor y formar una familia en su lugar soñado, Córdoba capital. 

–Hace un año y medio todavía competía. ¿Cómo se siente en esta nueva etapa?

–Lo llevo muy bien. Primero porque no decidí dejar de un día para otro, fue una decisión pensada y evaluada durante mucho tiempo. Lo charlé con la gente que me acompañó siempre y me fui preparando para ese momento. Tuve miedo e incertidumbre acerca de qué era lo que iba a hacer con mi vida, porque no estaba muy seguro de cómo iba a continuar. Sabía que quería seguir vinculado al deporte y si era cerca de la natación, mucho mejor. 

–Y así surgió la Clínica de Natación…

–Claro. La idea es fomentar la natación y apostar a un desarrollo a través de los métodos y el trabajo que hemos utilizado en nuestras carreras deportivas con Eduardo Otero, un nadador y amigo que ha estado en tres Juegos Olímpicos. Incentivamos a los adolescentes para que puedan continuar, les hacemos saber que se puede soñar y que todo tiene que ver con el esfuerzo, la predisposición, las ganas, el empeño y el deseo de que el día de mañana se pueda llegar a estar, por ejemplo, en una competencia representando al país.

–Lo han llamado “El Maradona de la natación”. ¿Qué se siente con esa comparación? 
–A mí me gusta que me llamen así. Es un premio al sacrificio. Creo que hubo una camada de nadadores que en esta última década hizo que este deporte sea más reconocido en los medios a partir de los logros. Me siento parte de esa camada que lo logró. La gente te hace sentir el afecto y te lo trasmite, es espectacular. Cuando estás en la actividad te incentiva y te ayuda a continuar en el día a día. 

–¿La gente le sigue diciendo que vuelvas a nadar en competencia?

–A los pocos meses de retirarme de la competencia la gente me pedía que volviera a competir. Me preguntaban por qué había dejado, que debía haber esperado unos años más… Pero ahora ya no. Se dieron cuenta que ése era mi momento. 

–Dejó la competencia, conoció a su pareja y ahora tiene una hija de tres meses, Martina. ¿Tenía todo planificado para ser papá?

–Fue el momento justo. Se habría complicado si hubiese estado en plena actividad  como estaba antes de tener familia. Esto era lo que yo buscaba, poder estar con ella en el día a día, y compartir momentos junto a mi mujer y la beba.

–¿Cómo le pegó la paternidad?

–En lo personal, mucho. Más de lo que me haya podido contar la gente que ya vivió esa experiencia. Hasta que no lo vivís no te podés imaginar lo que es. Vivirlo en carne propia y compartir tiempo con ella es realmente increíble, excepcional. Es una personita que acompaña nuestras vidas y que nos transformó en una familia. A mí me revolucionó en todo sentido, siempre de manera positiva. Estamos muy agradecidos de que todo haya salido bien y de tener una hermosura como la que tenemos. 

–En estos días que se tomaron como pareja sin hijos, ¿cuentan con la ayuda de dos pares de flamantes abuelos?

–Sí, es la primera salida que hicimos. Cuando se dio la oportunidad de venir a Las Leñas, no sabíamos si venir o no. Nos invitaron una semana y nos pareció demasiado. Así que vinimos 3 días solos pero Martina es nuestro tema de conversación permanente. Hablamos de ella cuando nos levantamos, al mediodía, a la tarde y a la noche. Y a todo momento estamos hablando por teléfono para ver si comió, si durmió o si lloró…

–¿Es de esos papás que se levantan en medio de la noche, o tiene sueño profundo?

–A lo mejor los padres de antes eran diferentes y dejaban que se ocupase la mujer de todo. Pero ahora eso ha cambiado un poco. La cosas se hacen de a dos, es necesario. Cambio pañales, le hago la leche, me levanto a la madrugada…, todo sin ningún problema porque quiero lo mejor para ella.

–Su mujer, Vanesa, es modelo y usted deportista. ¿Ya pensó en el futuro profesional de Martina, o aún es muy temprano?

–Me encantaría que llegado ese momento le guste el deporte. No tiene por qué ser exclusivamente natación, pero a nadar va a aprender seguro. Si quiere ser deportista o modelo, que lo elija ella. Seguro que vamos a estar de acuerdo con lo que más le guste mientras lo disfrute y no sea perjudicial. 

–¿Piensan en casarse con Vanesa? ¿O no importan los papeles? 

–Está conversado el tema, pero en stand by. Yo calculo que dentro de unos años nos vamos a casar. 

–Se transformó en un galán del deporte, pero siempre mantuvo el bajo perfil. ¿Le costó vivir ese rol?

–Soy bastante introvertido y vergonzoso. Cuando empezó el tema de las fotos me daba mucho pudor, me costaba. Pero cuando se dio la oportunidad de hacer campañas publicitarias las hice porque era un aporte económico para mí, me ayudaba en mi carrera. Con el tiempo me acostumbré un poco más. Todo eso me sirvió para solventar los viajes, poder planificar las competencias que tenía anualmente y conseguir las marcas que me acompañaron y me ayudaron en mi carrera. 

–Consiguió novia en su ciudad natal, Córdoba, tuvo hija cordobesa y se estableció en esa misma provincia. ¿Córdoba es, definitivamente, su lugar?

–Yo viví un tiempo largo en Buenos Aires porque tenía a mi entrenador allí y la infraestructura era mejor. Después me volví porque mi idea siempre fue volver, formar mi familia y radicarme en Córdoba. 

–Le salió todo exactamente como lo planeó…

–Mejor imposible. Quería volver con mi familia, con mis amigos de la infancia…En Buenos Aires no la pasaba mal, tenía amigos. Pero siempre dije que el día que dejara de nadar volvería a Córdoba y me quedaría a vivir allá para siempre. Siempre que volvía de un viaje en el exterior, quería volver a mi ciudad.

– Entonces usted es un fiel fanático del Fernet y de la “Mona”…

–¿Sabés que no tanto? Soy un cordobés atípico. La “Mona” es un amigo porque lo conozco desde hace muchísimo, pero no soy mucho del cuarteto, prefiero el rock. Y el fernet, más o menos, porque no soy de tomar mucho alcohol. He tenido siempre un régimen especial y un cuidado de mi cuerpo que seguí respetando cuando dejé de nadar. Otra cosa que no tengo es saber contar chistes. Los cordobeses en general cuenta chistes y son muy graciosos…, pero yo no (risas).

Fotos: Flor Daniel.
Agradecimiento: Hotel Piscis Las Leñas
Fuente: El Argentino.com

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